Capítulo 21 – Habrá Falsos Cristos y Falsos Profetas – 4

Misión de los profetas

Por lo común se atribuye a los profetas el don de revelar el porvenir, de manera que las palabras profecía y predicción se han vuelto sinónimos. En el sentido evangélico, la palabra profeta tiene una significación más amplia. Se denomina así a todo enviado de Dios con la misión de instruir a los hombres y de revelarles las cosas ocultas y los misterios de la vida espiritual. Por consiguiente, un hombre puede ser profeta aunque no haga predicciones. Esa era la idea de los judíos en tiempos de Jesús. Por eso, cuando lo condujeron ante la presencia del sumo sacerdote Caifás, los escribas y los ancianos allí reunidos le escupieron el rostro, y le dieron puñetazos y bofetadas mientras decían: “Cristo, profetiza para nosotros, y di quién fue el que te golpeó”. Con todo, hubo profetas que tuvieron la presciencia del porvenir, ya sea por intuición o por revelación providencial, a fin de que trasmitieran avisos a los hombres. Al cumplirse los acontecimientos predichos, el don de predecir el porvenir fue considerado como uno de los atributos propios de la condición de profeta.