Para los enemigos del espiritismo
Señor, tú nos dijiste por boca de Jesús, tu Mesías: “Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia; perdonad a vuestros enemigos; orad por los que os persiguen”. Y Él mismo nos mostró el camino, al orar por sus verdugos. A fin de seguir su ejemplo, Dios mío, imploramos tu misericordia para los que desprecian tus divinos preceptos, los únicos que pueden garantizar la paz en este mundo y en el otro. Nosotros también decimos, como Cristo: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen”. Danos fuerza para soportar con paciencia y resignación, como pruebas para nuestra fe y nuestra humildad, sus burlas, sus injurias, sus calumnias y persecuciones. Apártanos de todo pensamiento de represalia, porque la hora de tu justicia sonará para todos, y la esperamos con sumisión a tu santa voluntad.