Para los enfermos – por el médium curador

Dios mío, si te dignas servirte de mí, indigno como soy, podré curar esta enfermedad, si esa es tu voluntad, porque tengo fe en ti. No obstante, sin ti nada puedo. Permite que los Espíritus buenos me impregnen con sus fluidos saludables, para que yo los transmita al enfermo, y aparta de mí todo pensamiento de orgullo y de egoísmo que pudiese alterar su pureza.